ENTREVISTA
Ciencias de la Información y su análisis epistemológico
Information sciences and their epistemological analysis
La reflexión crítica sobre el conocimiento asociado a una disciplina constituye aspecto insoslayable para la fundamentación del papel y las dimensiones de esta en la sociedad y su relación con otras disciplinas. Esta reflexión incluye el necesario análisis sobre el objeto de estudio de la disciplina, los paradigmas teóricos que la sustentan, la convergencia teórico-práctica con otras disciplinas, entre otras vertientes. Este análisis epistemológico resulta también indispensable en las Ciencias de la Información aun cuando muchas veces haya sido soslayado y hasta sustituido por un enfoque profesional meramente instrumental.
La Revista Cubana de Información en Ciencias de la Salud ofrece en este número valoraciones sobre la importancia de la reflexión epistemológica en Ciencias de la Información y cómo se ha venido abordando en la formación contemporánea del profesional de la información en Cuba, a partir de la perspectiva del Dr. C. Radamés Linares Columbié*, profesor del departamento de Ciencias de la Información de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, quien ha dedicado gran parte de su trayectoria profesional a los estudios históricos y epistemológicos de la Bibliotecología y Ciencia de la Información en Cuba. Esperamos así contribuir con el interés en este análisis y en futuras líneas de investigación desde nuestras instituciones de información y centros de formación profesional de pre y posgraduación.
COMITÉ EDITORIAL DE LA REVISTA CUBANA DE INFORMACIÓN EN CIENCIAS DE LA SALUD
Nancy Sánchez
Tarragó:
Profesor, cuando hablamos de epistemología ¿a qué
nos referimos y qué relación guarda con la Ciencia de la Información?
Radamés
Linares Columbié:
Los orígenes de la Epistemología son bastante lejanos.
Este término no tiene un solo sentido. Es común establecer una
distinción: la existente entre Epistemología y Gnoseología,
que si bien son conceptos cercanos, no son sinónimos. Diversas escuelas
filosóficas entendieron en su momento que la gnoseología estaría
referida a la teoría del conocimiento en general, mientras que la Epistemología
apuntaría únicamente al examen de un tipo de conocimiento: la
variante más representativa y evolucionada del conocimiento institucionalizado
y sistemático, el emanado de la ciencia.
Lo que usualmente
se califica como ciencia y el tipo de conocimiento que genera es el resultado
de un extenso proceso histórico que tuvo su momento culminante en una
etapa que el mundo occidental califica como modernidad. El proceso que desemboca
en la ciencia moderna inaugura un modelo de ciencia que se convierte paulatinamente
en paradigmático. Esta forma de conocimiento se concibe como una comprensión
de la naturaleza que combina la experimentación y la matematización
para lograr resultados que puedan someterse a control y verificación.
El modelo que propone la ciencia moderna comienza a ser aplicado al dominio
de la naturaleza, quedando así definido, para bien y para mal, todo lo
que puede ser considerado ciencia y conocimiento científico.
Todo esto indica
que el proceso de producción de conocimientos es una de las aristas fundamentales
de la construcción y existencia de uno u otro dominio del saber. Por
ello, actualmente se establece que el examen, análisis, crítica,
limitaciones y evaluación de ese conocimiento, es competencia de la Epistemología.
Ella no es necesariamente una ciencia, sino una reflexión analítica
y crítica de las propuestas de conocimiento de uno u otro campo.
Una precisión:
actualmente la expresión ciencia de la información está
acompañada de cierta polisemia; son diversos los puntos de vista sobre
esta área de estudios y no siempre la utilización del término
viene acompañada de una clarificación sobre qué se cree
o se afirma cuando se alude a esta.
De otra parte, actualmente es bastante difícil opinar sobre la problemática
epistemológica de la ciencia de la información sin incorporar
lo que en ese plano se viene creando por la Bibliotecología y la Archivística.
Asumo el criterio de entender por ciencia de la información el área
de estudios que en la década de los 60 del siglo XX fue creada en Estados
Unidos de América, donde sus fundadores establecieron que esta tendría
un carácter interdisciplinario y que una de las áreas con las
cuales se relacionaría sería la Bibliotecología, haciendo
visible que pretendían crear algo diferente. Estos criterios son sustentados
por autores cronológicamente tan distantes como Harold Borko en
los años 60 y Tefko Saracevic en los 90 del siglo XX; anoto que
para estos autores la Archivística no entra en sus consideraciones.
En consecuencia,
mis referencias apuntan a la ciencia de la información anglosajona y
a las variantes en el tiempo de esta, donde se sustenta el criterio de que este
campo tiene su especificidad respecto a otras materias que también estudian
el fenómeno informacional. Si la ciencia de la información pretende
ser un campo de conocimiento de la información en una u otra dimensión,
no puede evitar en la búsqueda de su legitimidad incorporar la perspectiva
epistemológica. Esta le permite reflexionar, valorar y criticar sus propuestas
teórico-conceptuales, la viabilidad de los paradigmas que pautan su generación
de conocimientos, el objeto de estudio que intenta sustentar, el carácter
interdisciplinario que dice asumir, entre otros aspectos, lo que en concreto
le permitiría crear su propia epistemología.
Por último,
reitero que los criterios sintetizados anteriormente intentan limitarse a la
denominada ciencia de la información en singular.
Nancy Sánchez Tarragó:
¿Qué importancia Ud. le concede a la epistemología
para la Ciencia de la información contemporánea y para sus profesionales?
Radamés
Linares Columbié:
Delimitar el estatuto epistemológico de un campo de estudios es
establecer los fundamentos de este en todas las dimensiones. La presencia de
la reflexión epistemológica en un área de conocimiento
es evidenciar la posible legitimidad del conocimiento que ese campo nos puede
ofrecer. El profesional de la información -por peculiaridades de sus
funciones- es conocido y reducido a un especialista que esencialmente "sabe
hacer". Sin embargo, solo logrará "saber pensar", "saber
crear" y otros saberes, si es capaz de sustentar sus instrumentos, técnicas,
herramientas, métodos y metodologías (imprescindibles en su labor
profesional) en una valoración epistemológica.
No parece posible ofrecer un auténtico conocimiento de la realidad informacional
si este no está sustentado en un examen reflexivo y crítico como
el que ofrece la lectura epistemológica. Si esto no se lograra, no se
pasaría de la pura y coyuntural empiria.
Nancy Sánchez Tarragó:
De acuerdo con esa última observación suya ¿cree
que existe hoy día alguna contradicción entre las dimensiones
humanista y técnica en la formación y actuación del profesional
de la información? ¿Cómo se ve esto desde la academia y
los planes de estudio?
Radamés Linares Columbié:
Este posible antagonismo entre "humanismo" y "tecnologías"
no es nuevo. Según muchos historiadores, es un problema que alcanza cierta
visibilidad desde las revoluciones industriales de fines del siglo XVIII y del
siglo XIX; solo que en nuestra época el fenómeno tecnológico
se convierte en algo excepcional, dado el carácter tan penetrante que
tienen las llamadas "tecnologías de la información y la comunicación"
en todas las esferas de la vida.
Este desencuentro tiene múltiples aristas; una de estas gira en torno
a la débil sustentación de los campos de conocimientos que se
ocupan del fenómeno informacional. Esto se traduce en que no siempre
se es consecuente con la afirmación de que esas áreas de estudio
son parte del universo de las ciencias sociales. Se afirma unas veces o no,
pero pocas veces se fundamenta y explicita esa pertenencia. Esa especie de no
saber qué somos, a qué espacio cognoscitivo pertenecemos, conduce
a programas de formación profesional carentes de precisiones en este
sentido que, a su vez, no ofrecen claridad sobre la necesaria imbricación
de las tecnologías actuales con ese universo informacional emanado de
la vida social y humana.
Con otras palabras, la realidad informacional y documental forma parte de la
realidad sociohumana. El estudio de esta realidad informacional, si bien por
un lado es inviable sin la presencia de las tecnologías de la información
y la comunicación, por otro, también es inviable, fuera del universo
humano.
Los programas de formación profesional en el campo informacional y documental
en más de un país solo incorporan la formación humanista
en aquellos orientados puntualmente a la esfera bibliotecológica; en
otros programas, los orientados hacia la denominada Ciencia de la Información
desconocen, o no incorporan, la formación humanista, intentando crear
una especie de ciencia tecnoinstrumental, lo que genera un profesional incapaz
de entender su saber y práctica como perteneciente al mundo informacional
del hombre.
Particularmente en Cuba, se trata actualmente de tomar distancia de las situaciones
extremas antes apuntadas y se busca que la formación profesional tenga
imprescindibles conocimientos históricos, sociológicos, filosóficos
y psicológicos; tampoco se olvida ofrecer elementos mínimos que
permitan visibilizar, junto al imprescindible dominio tecnológico, la
pertenencia de estas áreas al terreno de las ciencias sociales. También
estamos distantes de esa especie de confusión que puede existir entre
formación humanista y formación enciclopédica, pretensión
impensable en nuestra época. No obstante, aún estamos lejos de
tener ese profesional humanista y con fuerte formación tecnológica
que necesita la teoría y la práctica informacional, aunque se
dan pasos en esta dirección.
Nancy Sánchez Tarragó:
¿Qué pasos se dan en la formación de los profesionales
de las Ciencias de la Información para el dominio de metodología
de la información y la reflexión epistemológica? ¿Cuánto
más falta?
Radamés Linares Columbié:
Desde los años 70 del siglo XX se dieron los primeros pasos para
incorporar, o más bien para integrar, los componentes investigativo y
epistemológico en la formación de profesionales de la información
en Cuba. En las etapas iniciales estos pasos fueron escasos en la esfera epistemológica
(recuérdese que en ese tiempo esta no era una preocupación a nivel
global), aunque sí fue notable la presencia permanente de conocimientos
en la esfera investigativo-metodológica desde la perspectiva de las ciencias
sociales.
Es desde los años 90 del siglo anterior cuando se sistematiza la incorporación
en los programas de formación profesional el instrumental metodológico
y epistemológico. Estos pasos expresaron una exigencia del proceso formativo
en el campo informacional. Se entiende en los planes de formación más
recientes que el campo informacional requiere, para lograr un dominio cabal
del mismo, que la formación profesional contenga todos los ingredientes
correspondientes a los estudios epistemológicos del campo.
Los diseños curriculares han utilizado denominaciones diversas para expresar
el tratamiento de los asuntos de este corte. Actualmente hay un criterio rector
en los contenidos que se contemplan: exponer, valorar y analizar la producción
teórica en las consideradas como áreas de estudios esenciales
en el campo informacional: Archivística, Bibliotecología, Documentación
y Ciencia de la Información. A su vez, al ser el diálogo o acercamiento
entre las materias informativas uno de los problemas epistemológicos
más actuales del campo, este es incluido como uno de los tópicos
a estudiar. El abordaje epistemológico se imparte en pre y posgrado con
las lógicas diferencias que estos niveles imponen.
No se duda que todo esto es aún insuficiente; sigue pendiente una amplia
imbricación de esta perspectiva con las subáreas pertinentes del
campo informacional. La teoría y práctica informacional está
fuertemente marcada por la mediación tecnológica y los enfoques
de gestión al uso. Estos dos asuntos requieren cada vez más una
fuerte sustentación en su imbricación en el campo, con el fin
de que la asimilación de los mismos trascienda el nivel acrítico
que una u otra vez puede aparecer. Esto no excluye que otros componentes del
campo están urgidos de una valoración epistemológica que
legitime su presencia en este entorno y se distancien de la simple presencia
instrumental.
Nancy Sánchez Tarragó:
¿Cómo ve Ud. la investigación y la reflexión
teórica en las Ciencias de la información en Cuba? ¿Cómo
estamos en este tipo de investigaciones con respecto a otros países?
Radamés Linares Columbié:
Las áreas de estudio que conforman lo que en las universidades
cubanas denominamos Ciencias de la Información, no han sido históricamente
espacios de conocimiento donde la perspectiva epistemológica haya estado
presente en todos los tiempos, y esto no es difícil entenderlo si no
olvidamos las particulares historias de estos campos y sus peculiares prácticas.
Por ejemplo, aún discuten algunos autores si la Bibliotecología
es ciencia o técnica, o si la Archivística tiene o no igual carácter;
lo mismo se afirma respecto a la Ciencia de la Información. Con otras
palabras, aún los fundamentos de estos campos y su legitimidad científica
son cuestionados. Si se admite que lo anterior es cierto, entonces no podemos
esperar que abunde la producción epistemológica en estos campos.
No obstante, los finales del siglo pasado y los inicios del actual han dado
señales estimulantes. Cada vez más están presentes teorías,
enfoques, propuestas paradigmáticas, entre otras, que muestran el creciente
interés por el quehacer epistemológico en nuestras áreas
de estudio.
Las reflexiones de corte epistemológico en Cuba han ido gradualmente
ocupando espacios en el ámbito informacional y documental del país.
En las universidades cubanas, si bien ha sido discreta la producción
en este sentido, se han logrado estudios, ante todo en las investigaciones doctorales,
que han ofrecido resultados y valoraciones encomiables. En estos mismos marcos,
dado el enfoque metodológico de las investigaciones de culminación
de estudios de pregrado y posgrado, estos han sido entornos donde la lectura
epistemológica de uno u otro fenómeno en particular se ha hecho
presente. Con respecto al contexto latinoamericano, no se tiene una situación
tan favorable como la de Brasil, pero sí se evidencia por múltiples
vías que existe una modesta presencia cubana en el terreno epistemológico.
Anoto que la producción de estudios epistemológicos no se reduce
a las universidades cubanas; es imprescindible mencionar que la Biblioteca Nacional
de Cuba auspicia e impulsa desde hace varios años investigaciones en
esta dirección.
Nancy Sánchez Tarragó:
Para finalizar, profesor, ¿cuáles son algunos de los tópicos
de discusión contemporáneos en el análisis epistemológico
en Ciencia de la Información?
Radamés Linares Columbié:
Actualmente, intercambiar criterios sobre el campo informacional y documental
en el plano epistemológico hace inevitable colocar en ese escenario las
diversas tendencias que existen sobre el diálogo y la posible integración
o no entre las áreas específicas de estudio en este campo (Archivística,
Bibliotecología, Documentación y Ciencia de la Información,
algunos autores también incluyen a la Museología).
En Cuba no estamos ajenos a ese debate que se desarrolla desde hace ya algunas
décadas, aunque con diversas maneras de expresar esta problemática.
Debe recordarse que al refundarse los estudios universitarios en esta esfera
en los inicios de los años 70 del siglo XX, los programas de formación
profesional que se materializaron dieron muestra de este polémico asunto.
Hasta esos años los estudios universitarios estaban orientados exclusivamente
al área bibliotecológica y no era desatinada esa postura, ya que
en esa época no era posible de otra manera. Hasta los años 70
del mencionado siglo, en América Latina los estudios universitarios eran
solo bibliotecológicos. No niego que existieron excepciones; añádase
que los estudios archivísticos solo eran concebidos en los marcos de
la Historia y entendidos como una disciplina auxiliar.
El cambio de los 70 no solo se visibilizó en el giro en la nueva denominación
de la carrera universitaria a cursar, entonces, Información Científica,
sino que los contenidos de esos programas de formación mostraron que
se pretendía crear un profesional distinto. Así se observa progresivamente
la aparición de diversas denominaciones: Información Científica
y Bibliotecología, Bibliotecología y Ciencia de la Información,
entre otros. Esta pluralidad de denominaciones reflejaba no solo que algo sucedía
en ese campo que hacia posible tal diversidad terminológica, sino que
era también una muestra de las inseguridades o carencias epistemológicas
de esos programas de formación, nada ajeno a lo que también sucedía
en esos espacios a nivel global.
Cualquier aproximación que se haga a los diseños curriculares
de esa época hará visible la marcada intención de los mismos
por incorporar a los tradicionales estudios bibliotecológicos, los conocimientos,
técnicas y metodologías surgidos con la creación en esos
años de la Ciencia de la Información anglosajona y la Informática
de A. I. Mikjailov. Más allá de las lógicas polémicas
(tema aún por estudiar en nuestro medio) que estos cambios generaron
en el gremio profesional de entonces, lo cierto es que los contenidos incorporados
indicaban las obvias cercanías de la hasta entonces hegemónica
Bibliotecología y los espacios recién surgidos. Claro está,
aquella adelantada intención no logró expresarse en un discurso
orgánico, por lo que los currículos de ese entonces mostraron
más de una incoherencia, y lo más lamentable es que se afectó
significativamente la identidad profesional, asunto aún vigente como
serio problema a nivel global. Es decir, los intentos por acercar, cruzar, integrar
o hacer converger a las áreas de estudio de la información no
son recientes; en Cuba son visibles desde los años 70 del siglo XX. Acorde
con lo expuesto hasta aquí, no parece difícil percibir que las
ausencias, carencias o lagunas epistemológicas de nuestro campo profesional
están detrás de las inconsistencia de los años iniciales
de este proceso; tampoco debe obviarse que las preocupaciones epistemológicas
en nuestros espacios son relativamente recientes. Los años 80 y 90 parecen
marcar con fuerza la entrada en escena de estudios de ese corte en el campo
de la información.
Uno de los temas más notable del campo epistemológico es la convergencia
o integración de las disciplinas informativas, debate amplio y diverso
cuya necesidad parece indiscutible en una época donde los estudios disciplinares
comienzan a ser cuestionados y los acercamientos entre disciplinas o la superación
de estas últimas parecen estar en un primer plano. La entrada de este
tópico es también expresión de una nueva situación
tecnoinformacional que privilegia el papel y lugar de la problemática
informacional en la sociedad. Este contexto impulsa los reacomodos que se producen
en las disciplinas informativas; por ejemplo, la Bibliotecología y la
Archivística asumen distancia de la clásica centralidad de las
instituciones que las han distinguido históricamente y buscan replantearse
sus objetos de estudio y trabajo. Este proceso va creando condiciones para explicitar
lo que muchas veces la práctica había demostrado: diálogo,
intercambios, cruzamientos entre las disciplinas informativas.
Este fenómeno ha tenido su expresión en la formación profesional
del campo a nivel global surgiendo diversas maneras de nombrar los estudios
universitarios en varios países; así surgen denominaciones como:
Estudios de la Información, Ciencias de la Información y de la
Comunicación, Ciencia de la Información (espacio integrador de
las disciplinas informativas), Ciencias de la Información, entre otros.
En Cuba los estudios universitarios no están alejados de estos asuntos.
Actualmente la expresión Ciencias de la Información expresa sintéticamente
el criterio rector. La expresión mencionada es solo un territorio donde
se inserta lo común y frecuente en las disciplinas informativas y no
se excluye lo específico de cada una de estas. Esta concepción
solo es consecuente con la realidad informacional y documental de esta época,
donde la existencia de un espacio común y válido para todas las
materias es un rasgo distintivo y donde se preserva lo propio de cada disciplina.
LECTURAS RECOMENDADAS
Pérez-Matos N, Fernández-Molina J. Líneas de desarrollo
epistemológico por las que han trascurrido las disciplinas informativas
en Cuba y resultados a partir de estudios de términos. Revista Cubana
de Información en Ciencias de la Salud. 2013 [citado 23 de septiembre
de 2014];24(4). Disponible en: http://www.acimed.sld.cu/index.php/acimed/article/view/478
Linares Columbié R. Epistemología y ciencia de la información:
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de 2014];21(2):140-60. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352010000200002&lng=es
Veja Almeida RL, Fernández Molina JC, Linares Columbié R. Coordenadas
paradigmáticas, históricas y epistemológicas de la Ciencia
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2009 [citado 23 de septiembre de 2014];14(1). Disponible en:
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Pérez Matos NE, Setién Quesada E. La interdisciplinariedad y la
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ACIMED. 2008 [citado 23 de septiembre de 2014];18(4). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352008001000003&lng=es
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